Bioplásticos, empaques y productos compostables, biodegradables y oxo-biodegradables: ¿Qué son?, ¿Cómo se diferencian?, ¿Cómo se disponen? Y ¿Qué tan sostenibles son? Parte 2

Ing. Gabriel Fernández

Esta es la segunda parte de una serie sobre empaques y productos que poseen etiquetas que indican que se pueden gestionar de manera sostenible, acá puedes revisar la primera entrega sobre plásticos compostables.

Plásticos biodegradables y oxo-biodegradables

¿Qué son los plásticos biodegradables y oxo-biodegradables?

El término biodegradable es altamente confuso y hasta engañoso, en términos generales un material es biodegradable si puede ser transformado mediante la acción biológica a moléculas más simples y estables. Casi todos los compuestos químicos están sujetos a la biodegradación, la clave está nuevamente en el ambiente en que se disponga el residuo y el tiempo en que tarda en biodegradarse. Por ejemplo en un ambiente terrestre una cáscara de naranja tarda 6 meses en biodegradarse, mientras que una bolsa plástica convencional tarda más de 500 años.

Lo que se determina al evaluar la biodegrabilidad de los plásticos es que un porcentaje del carbón contenido en ellos se convierta en dióxido de carbono como resultado de actividad microbiana en un periodo dado de tiempo. Este porcentaje ronda entre el 60% y el 90%. Puesto que el resto del carbono no puede ser medido precisamente por los instrumentos existentes o es incorporado a la biomasa microbiana.

Una bolsa plástica puede ser biodegradable, pero debe indicar con claridad en que tipo de ambientes y cuánto tiempo.

Por su parte los plásticos oxo-biodegradables, son plásticos comunes a los que se les añaden aditivos para acelerar el proceso de oxidación y fragmentación del material bajo la presencia de oxígeno, en teoría la fragmentación del plástico debe de acelerar el proceso de biodegradación, para que las partículas de plástico se conviertan en moléculas como dióxido de carbono, agua y biomasa.  Lo cierto es que el término oxo-biodegradable es altamente controversial puesto depende de las carácteristicas del ambiente que recibe al material el cual no se especifica, y en muchos casos se ha encontrado que estos materiales se degradan en partículas pequeñas denominadas microplásticos las cuales se acumulan en los ecosistemas.

En el 2017 una declaración que exige la prohibición de los plásticos oxo-biodegradables fue firmado por más de 150 organizaciones y  incluyendo empresas como PEPSICO, Nestle, Unilever y ONGs como WWF, Greenpeace y la Fundación Ellen Mcarthur así como científicos y miembros del parlamento europeo.

A diferencia de la etiqueta de compostable que responde a la necesidad de la industria de gestión de residuos orgánicos de conocer qué empaques y productos puede recibir, según  las condiciones operativas de sus instalaciones. La etiqueta de biodegrabilidad por la ambigüedad misma de su definición y la falta de legislación que regule el uso de este término en varios países, no suele responder a ninguna aplicación cotidiana, más bien suele inducir al consumidor a pensar que es seguro disponer de dicho producto o empaque en ambientes naturales.  

No nos debe sorprender por ejemplo que los Estados de Washington y Maryland hayan aprobado legislaciones para prohibir la venta de plásticos etiquetados como biodegradables u oxo-biodegradables. Mientras que California restringe extensivamente los tipos de plásticos que pueden etiquetarse con términos que hagan referencia a su degradabilidad. Puesto que su existencia y popularidad obedece más a un placebo para la conciencia ambiental de los consumidores, que a una verdadera solución a la problemática del plástico.

¿Qué estándares existen para evaluar la biodegrabilidad de los plásticos biodegradables y oxo-biodegradables?

Los estándares de biodegrabilidad siempre definen claramente el medio y el tiempo en que debe biodegradarse un plástico para pasar la prueba, por ejemplo, la ASTM D5010 que define los parámetros para declarar un plástico biodegradable en un digestor anaeróbico, ASTM D5338 define los parámetros que debe cumplir un plástico para ser biodegradable en una pila de compostaje en un período de 180 días.

Otros estándares como ASTM D5526 definen únicamente una metodología para medir el grado de biodegrabilidad en un ambiente de relleno sanitario, pero no está diseñado para respaldar alegatos de biodegrabilidad. Un enfoque similar utiliza la la organización Internacional de Normalización (ISO) en sus estándares ISO 9439, ISO 14593, ISO 14852 e ISO 14855 donde brinda una serie de pruebas para evaluar el grado de biodegradación de plásticos en el tiempo en distintos medios. Sin embargo, ningún estándar define una nota o grado que se debe superar para declarar un producto como biodegradable.

Uno de los pocos estándares de biodegrabilidad en ambientes terrestres ampliamente aceptado es el EN17033 y este solo aplica para plásticos que se utilizan en la agricultura para cubrir los campos de siembra y prevenir la aparición de malas hierbas, este estándar lo que indica es que el plástico puede reincorporarse al suelo mediante el arado donde se degradará sin producir sustancias dañinas para el medio ambiente.

El estándar EN17033 se utiliza en Europa para evaluar la biodegradabilidad de plásticos que se utilizan en la agricultura como cobertura. Los plásticos biodegradables una vez cumplida su vida útil pueden ararse e incorporarse al suelo sin contaminar ni afectar el desarrollo de las plantas.

Metodologías para evaluar la biodegrabilidad en ambientes marinos como la ASTM D6691 y la ISO 16221, se basan en pruebas de laboratorio que según exponen las mismas organizaciones, difícilmente pueden predecir los efectos ambientales a largo plazo. Estos estándares solo aplican para productos que por su naturaleza de uso es probable que terminen en ambientes marinos como equipo de pesca, boyas o partes de botes.  Se desea evitar que la biodegrabilidad acuática sea interpretada como un permiso para disponer residuos en este tipo de ambientes.

En Europa no se ha aprobado ningún estándar para evaluar la biodegrabilidad en ambientes marinos dado que la diversidad de condiciones ambientales que existen en estos sitios (pH, temperatura, humedad, microorganismos etc.) hace de la estandarización una tarea imposible. La Comisión Europea aduce que este tipo de estándares solo aplicarían para un rango de condiciones específicas las cuales contrastan con la pluralidad de condiciones que contienen los ecosistemas marinos.

¿Qué certificaciones o etiquetas puedo buscar para saber si un plástico es biodegradable?

Debido a la escasez de pruebas estandarizadas para establecer los parámetros que permitan anunciar un producto o envase plástico como biodegradable, la falta de consenso sobre las características ambientales de los sitios que recibirán estos residuos (ambientes terrestre, marinos y acuáticos) y a las legislaciones internacionales que restringen este tipo de enunciados, existen pocas certificaciones reconocidas para envases o productos plásticos biodegradables. Actualmente solo existe una organización que otorga certificaciones de biodegrabilidad en distintos ambientes (cuadro 2), sin embargo, lo hace a través de estándares desarrollados por ellos mismos y que por ende no tienen el reconocimiento ni la rigidez científica necesarios para contar con una amplia aceptabilidad.

Cuadro 2. Etiquetas para certificar la biodegrabilidad de los productos y empaques plásticos o que contienen plásticos.

*La biodegrabilidad en el suelo se basa en el Estándar EN17033, pero como se mencionó anteriormente este solo aplica para los plásticos que se usan como cobertura en labores agrícolas.

Pareciera que etiquetas de biodegrabilidad, al menos en los países con legislaciones más estrictas, tienen sus días contados. El consenso es que las afirmaciones de biodegrabilidad suelen ser usadas como una estrategia de mercadeo o “greenwashing” y que suelen confundir a los consumidores al hacerlos pensar que tienen un beneficio ambiental mucho mayor al que realmente poseen. En partes de los Estados Unidos se han prohibido estas afirmaciones, mientras que la Unión Europea está trabajando en homogeneizar y hacer más estrictas las reglas de etiquetado de biodegrabilidad y limitarlo para aplicaciones donde el uso de este tipo de plásticos demuestre beneficios ambientales.


¿Cúal es la mejor manera de gestionar los envases y productos de plásticos biodegradables ?

Es común que los consumidores prefiramos las opciones biodegradables pensando que estamos haciendo algo positivo para el medio ambiente, pero en realidad como estos no son reciclables, no suelen ser  aceptados en centros de acopio ni tampoco son compostables, la única opción real para gestionarlos es disponerlos en el relleno sanitario, donde se sumarán

 a pilas enormes y compactas de basura en la falta de oxígeno hace que la biodegradación sea extremadamente lenta o inexistente. La realidad es que el beneficio ambiental de los plásticos biodegradables o oxo-biodegradables es limitado. Muchas veces estos etiquetados al no estar respaldados por estándares y certificaciones son afirmaciones vacías e intrascendentes.